María Zavala tiene un pelo largo y ondulado que le llega hasta la mitad de la espalda, más allá de los codos. Ella esta parada en la entrada de su estacionamiento nuevo bajo el sol brillante del Valle Central acariciando un gatito gris y feliz llamado Myla, a quien le gusta perseguir lagartijas.
Ella mira como su hijo de 20 años de edad, Nicolas Rangel, y un equipo de instaladores deslizan paneles solares azules de la parte trasera de una camioneta blanca y los colocan arriba de su techo uno por uno. Esta instalación es la culminación de un proceso que ha cambiado la vida de ambos.
María siente que este hogar y los paneles solares son una bendición que surgió de sus oraciones, pero trae sentimientos encontrados. Ella había planeado vivir con su esposo—padre de su hijastra Erika que tiene 18 años de edad y que asiste al colegio comunitario más cercano, “Madera Community College”.
Ella recuerda que un volante aparecía constantemente en su vida, una y otra vez, hasta que finalmente decidió llamar al numero en el volante. El volante anunciaba un programa de “Self Help Enterprises”, una organización que permite que la gente de bajos ingresos en el Valle de San Joaquín usen su “esfuerzo” como pago inicial en la compra de una casa.
Ella calificó, pero justo antes que comenzara la construcción, su esposo fue diagnosticado con cáncer de rápida evolución en julio de 2013 y falleció en octubre del mismo año. Sin embargo, María siguió con su plan de construir la casa nueva. “Mi mamá, mi hermana, mis hijos—todos estuvieron aquí ayudando. Yo me enferme y no pude salir a ayudar con la construcción de la casa, pero los vecinos y Geraldo, el vecino de enseguida, ayudaron bastante”, ella recuerda.
María y Erika se mudaron del apartamento chico donde vivían a este nuevo hogar—modesto pero cómodo—en el vecindario “Park” de Madera el 11 de agosto. Luego, de repente, a fines de agosto, la hermana de María sufrió un aneurisma. Tuvo cirugía y luego estuvo en coma hasta que falleció el 11 de septiembre. “Yo esperaba que ella visitara mi casa para tener una fiesta de inauguración”, María confesó, todavía sintiendo la pérdida.
Después de que ella y Erika se movieran, la organización llamada Self Help la conecto con GRID Alternatives, una organización nacional sin fines de lucro que provee capacitación laboral en la instalación de sistemas solares y sistemas sin costo alguno o costos bajos para propietarios de casa que califican para el programa. Ella calificó bajo los criterios estrictos para recibir los paneles.
La familia de María es una de ocho familias recibiendo paneles solares durante esta semana como parte del evento conocido por su nombre en inglés, “GRID Alternatives Central Valley Solarthon”. Se ha alcanzado un total de 29 familias participantes en esta comunidad de viviendas asequibles que han recibido paneles solares. Las leyes de clima y energía limpia de California han aumentado los fondos disponibles para programas como estos resultando en que más familias como la de Maria ahora están ahorrando con energía limpia.
Es bastante dinero. Su cuenta de PG&E en su previo apartamento era de $200 mensuales. La cuenta ya ha bajado sustancialmente porque los casas que construye Self-Help Enterprises son de alta eficiencia energética. Y desde que consiguió su sistema solar, su cuenta de electricidad ha bajado hasta $1.50 por mes.
“Si ahorro en la cuenta de electricidad, puedo conseguir una lavadora de Energy Star”, María dice. Ella queria comprar una lavadora cuando recién se mudó, pero decidió agarrar cortinas primero. “Estaba usando sábanas en mis ventanas”, ella explica, apuntando a las muevas cortinas.
El hogar, las cortinas, y el ahorro en sus cuentas de energía no borran las pérdidas, pero logran que el futuro sea más fácil de manejar. Y para su hijo Nic, ayudar a María con la casa le ha ayudado a él encontrar un nuevo camino en su propio futuro.

Después de ser voluntario con Grid Alternatives instalando solar en los hogares de su vecindario, Nic Rangel de 20 años está considerando una Carrera en la industria solar.
La industria solar llegó a su comunidad cuando Nic estaba en un punto de su vida en el cual no sabía que camino tomar. Él estaba buscando un trabajo que pagara más que el salario mínimo pero no encontraba ninguno. Un día él fue a la oficina de reclutamiento de las Fuerzas Armadas para inscribirse, pero solo estaban reclutando gente para el Ejército de Reserva. Pensó en buscar un reclutador regular pero se demoró porque su mamá necesitaba ayuda cumpliendo con la parte de esfuerzo en el trato para conseguir la casa por medio del programa de viviendas.
“Fue el verano más caliente que he experimentado”, dice él, pero disfrutó trabajar en la casa. Luego, el trabajar en la industria solar le llamó la atención y él ha estado trabajando como voluntario en las instalaciones del vecindario, incluyendo el sistema que hoy están instalando en la casa de María.
“Estas personas son muy inteligentes, y cuando los vi me impresionó la rapidez con que trabajan”, Nic observó. “Ellos realmente te enseñan como hacer el trabajo”.
Oportunidades laborales en la industria solar de California están aumentando significativamente. Se crearon 3,532 trabajos nuevos en la industria solar en un año, según un estudio del 2013 por la Fundación Solar conocida por su nombre en inglés, “Solar Foundation”. Este crecimiento de trabajo es un resultado directo de la Iniciativa Solar de California y la política de clima y de energía limpia del estado de California. La capacitación laboral en comunidades de bajos ingresos como este vecindario de Madera es una parte integral de SASH (el programa de Hogares Unifamiliares Asequibles Con Sistemas Solares de California), que es administrado por GRID Alternatives, específicamente para beneficiar a gente como Nic.
“Él quiere participar en la capacitación [de instalación de paneles solares] y ahora hará un cambio. Le interesa mucho aprender como hacer este trabajo solar y ha estado hablando con sus supervisores sobre eso”, María dice con mucho orgullo.
“Somos fuertes. Hemos sobrepasado mucho”, María reflexiona. “Para animarnos la familia se untaba y nos poniamos en un circulo a rezar. Erika y yo lo seguimos haciendo. Rezamos juntas cada noche, ella dice. “Suplicamos por tener el sistema solar y por GRID y por fin sucedió”.

Maria Zavala y sus vecinos Maria Alejandre y Gerardo Ramirez hacen tortillas en casa y carne asada para la cuadrilla de trabajadores instalando solar en su vecindario en Madera.