Norma Alvarado

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La energía solar hace fácil que los aprendices del sindicato de Fresno se adentren en nuevo empleo.

A las 3:30 de la mañana, Norma Alvarado se va de su casa el distrito Tower de Fresno y maneja casi dos horas a Bakersfield. Ella lleva puestos zapatos con punta de acero y lleva su casco, cinturón de herramientas y almuerzo.

Se registra para el trabajo a las 5:25 a.m. y comienza su día de empleo con una junta sobre la seguridad con 119 trabajadores del Sindicato de Herreros de Fresno No. 155. Este es el primer trabajo para Norma como parte del entrenamiento que recibe en el aprendizaje de cuatro años ofrecido por medio del sindicato. Este trabajo requiere instalar 70 megavatios de solar comercial para una compañía privada.

Norma es la única mujer en la clase de 75 aprendices. Ella tiene 18 años de edad y acaba de salir de la preparatoria. Había estado trabajando en McDonald’s pero no pudo pagar todas sus cuentas con el pago de salario mínimo que ganaba con el trabajo de comida rápida. “Uno trabaja demasiado por muy poco pago. Por eso, es difícil”, comenta ella.

Cuando ella comenzó el aprendizaje en abril su primera reacción fue “Dios mío, que calor hace”. Pero decidió seguir yendo y así se ajustó. (Las temperaturas aquí alcanzan 100 grados durante el verano.)

Este trabajo dura siete meses y seguirá otro trabajo solar mayor en la autopista I-5 en el lado oeste del Valle de la compañía Panoche Valley Solar, dice Don Savory, el gerente del Sindicato 155. Una planta solar seguirá después en Corcoran que proporcionará energía limpia a estaciones de transmisión en el Valle Central, un lugar que es conocido por uno de los más altos niveles de contaminación del país.

El aumento de trabajo solar comercial ha triplicado el tamaño del programa de aprendizaje para herreros. Este aprendizaje enseña todos los aspectos de herraje no solo la parte solar.  “Subimos de 60 a 178 dentro de un ano. Ha sido un tsunami”, dice Savory. El trabajo solar ha aumentado debido a los incentivos federales de impuestos y política estatal como el Estándar de Energía Renovable de California (conocida por su nombre en inglés, Renewable Portfolio Standard). Esta política requiere que un porcentaje mínimo de la electricidad del estado se proporcione por medio de tecnología renovable como la eólica y solar. Una ley recientemente aprobada, Propuesta del Senado No. 350 (conocida por sus siglas, SB 350), aumento el objetivo a 50 por ciento para el año 2030. Esta ley es una de las más ambiciosas del mundo.

“Los herreros y los contratistas por los cuales trabajamos consideran SB 350 una ganancia para trabajadores de construcción en California, la economía y el medio ambiente”, dice Savory. Él dice que ora para que continúen a extender créditos de impuestos para la energía solar, políticas y estándares porque ayuda la economía en el Valle Central de California que apenas se está recuperando de unos años pesados debido a la recesión. “Todo este dinero regresa a la comunidad y los cofres de impuestos locales” él explica.

“Existe tanto empleo en el Valle que parecía oficina de empleo aquí. Hemos logrado éxito en contratar muchos de ellos para el trabajo solar. La voz ha corrido sobre este tipo de empleo. Estamos abrumados con trabajos solares hasta el fin del 2016”, dice Savory con mucha alegría.

EL Local 155, basado en Fresno, cubre 14 condados en el Valle Central y muchos de los trabajos mayores suelen estar a las afueras de Fresno. Más allá del aprendizaje practico que reciben en los sitios de trabajo solar, los aprendices asisten a clases en la instalación de capacitación de Herreros en Fresno.

El aprendizaje le ha ayudado a Norma en otras maneras también. McDonald’s no proporcionaba seguro de salud o prestaciones laborales y ella no podía pagar por revisar su salud o conseguir lentes que necesita usar tiempo completo. Pero ahora por medio de su fuerte plan de seguro del sindicato, ella podrá conseguir dos pares de lentes por el precio de un solo copago.

El prometido de Norma, Pablo Villagrana, es herrero jornalero y realizo el mismo aprendizaje de cuatro años. Él ahora es el capataz en el acuario de Monterey (conocido por su nombre en inglés, Monterey Bay Aquarium). Cuando Norma expreso interés en el programa de aprendiz, él le dijo, “Intenta el trabajo solar; es mas fácil”. Él le presto su cinturón de herramientas hasta que ella podía comprar sus propias herramientas. Existe una tradición extensa de herreros que comparten con nuevos aprendices su conocimiento y herramienta especializada, muchas de ellas hechas a mano.

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Norma carga un trinquete y un bolso de pernos para fijar actuadores a paneles que siguen el sol.

Savory dice que el trabajo solar es más accesible para mujeres y trabajadores del sindicato mayores porque la material no es tan pesada como otro herraje. Por ejemplo, otros proyectos he herrero requieren la instalación de barras de refuerzo para proyectos de trenes de alta velocidad, reforzar las vigas estructurales de acero, construir revestimiento arquitectónico, muebles del penal, barandillas y escaleras y hacen el mantenimiento en la planta nuclear de Diablo Canyon. Los aprendices aprended todo y luego eligen una especialidad, como conectar vigas, instalar decoración o amarrar barras de refuerzo.

“Quiero intentar todo”, dice Norma. Ella recientemente intento soldar pero descubrió que era “como sofocarse. No lo disfrute de la máscara de soldadura”. Ella cree que tal vez su especialidad será el trabajo de barras de refuerzo, pero agrega que “Solar es el principio”.

El trabajo de solar requiere mucho caminar, pero Norma dice que el trabajo es bastante fácil para ella. “Lo más pesado que tiene que cargar uno es un transmisor de fuerza”, ella explica. Los transmisores de fuerza son una parte importante de la instalación porque permiten que los paneles solares se muevan para seguir el sol. También carga una bolsa de perno y un trinquete para adjuntar los transmisores de fuerza.

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Norma prepara rieles de montaje que soportan los paneles solares.

Norma nació en Fresno y se crio en una zona que queda minutos de la escuela de herreros en San Pablo y Divisadero. “Es un zona infame pero mi mama nos crio bien. Mi mama nos mantuvo en casa. Mi abuelo estaba en casa vigilándonos”. Su mama, proveedora de cuidado para personas con enfermedades mentales, todavía vive ahí, pero Norma está contenta que ella y su hermano se salieron. (Su hermano ahora es un cocinero.)

“Yo quiero lograr mucho para mis hijos. No quiero que ellos crezcan en el ambiente en que yo crecí”, ella explica. Participar en el programa de aprendizaje es la manera que ella saldrá adelante.

Cuando Norma era más joven y creciendo en Fresno, ella tuvo asma muy fuerte. Al crecer se dio cuenta de la conexión entre la contaminación de aire y los altos niveles de asma en su pueblo natal y la zona alrededor. Sus síntomas disminuyeron al crecer. “Tengo un inhalador pero no he tenido que usarlo en mucho tiempo”, ella dice.

El experimentar problemas de respiración cuando era niña hace la instalación de solar y el proveer una fuente de energía limpia muy gratificante ahora que es adulta. “Me hace feliz porque a pesar de que mi asma esta mejor, hay otras personas que tienen esos síntomas”, reflexiona ella.

Para Norma, aire limpio es un beneficio adicional. Para ella, el trabajo en si es la recompensa y ella anima a otros que se unen a ella. “¡Necesitamos más mujeres! Este trabajo les gustaría a mujeres a quienes les gusta estar afuera y que son fuertes,” ella dice con entusiasmo. “Yo amo esta trabajo. Es una carrera estupenda y un programa estupendo”.