Autos Eficientes para el Valle Central

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Familias necesitadas ahorran dinero al reemplazar autos que devoran gasolina.

Richard González esta parrado y estirando sus piernas cerca de su camioneta ubicada en el estacionamiento del recinto ferial de San Joaquín en Stockton. La camioneta es blanca del año 1992 de marca Ford.

González es una de 528 personas que se presentaron el sábado por la mañana antes de que las puertas abrieran a las 6:20 a.m. para un evento llamado “Tune In Tune Up”, en el cual los residentes del Valle Central pueden obtener una prueba de smog gratuita y pueden calificar para recibir reparaciones de smog o una variedad de incentivos mayores para reemplazar vehículos viejos con vehículos que son eficientes en combustible y más limpios, incluso vehículos híbridos y eléctricos.

La gente empezó a ponerse en fila desde las 4:40 p.m. el día anterior y más de 50 personas camparon ahí esa noche. Debido a que llegaron centenares de participantes y una lista de espera que desean deshacerse de sus autos, “esto tiene que marchar como una máquina bien aceitada” dice José Marín. José es el coordinador de comunicación comunitaria de Valley CAN (Valley Clean Air Now), una organización sin fines de lucros que administra el programa.

De hecho, el evento está bien coordinado. Cadetes de la Patrulla de Carreteras de California prestan sus servicios para patrullar la noche anterior y el día después del evento. Mecánicos principiantes del colegio comunitario local ejecutan las pruebas de smog. “Ellos son los comprobadores de smog del futuro”, dice José.

Este es un proyecto piloto que fue creado por la Mesa Directiva de Recursos del Aire de California (ARB, por sus siglas en inglés) en respuesta a leyes presentadas por los Senadores Kevin de León y Fran Pavley. El proyecto fue financiado por las tarifas que los que contaminan deben pagar conforme a las leyes de energía limpia. El propósito del proyecto es proveer una manera para que las familias de bajos ingresos consigan los autos más limpios. Bajo este programa, por ejemplo, una familia que cumple con los requisitos de ingresos puede recibir $9,500 para comprar un auto usado hibrido recargable como un Chevy Volt o un auto completamente hibrido como el Nissan LEAF. Aparte, en el caso de que alguien de recursos bajos o mediados quiera comprar un auto recargable o auto eléctrico nuevo, serán elegibles para recibir $3,000 o $4,000 adicionales de otro programa conocido como el Proyecto de Reembolsos para Vehículos Limpios (por su nombre en inglés, Clean Vehicle Rebate Project).

La gente que prefiere deshacerse de su auto viejo pero sin reemplazarlo también son elegibles para recibir vales para viajar en tránsito público o para participa en servicios para compartir autos. Los vales tienen un valor de entre $2,500 a $4,500 dependiendo del nivel de ingresos. Esto ayuda alcanzar aire más sano en una de las áreas que tiene el aire más contaminado del país.

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Más de 500 residentes del Valle Central esperan en fila en un evento de Afinación de Autos para recibir vales que se pueden usar para arreglar problemas de emisiones en sus carros. También podrán calificar para recibir reembolsos para comprar carros más limpios.

A las 7:30 a.m. unas personas están durmiendo en sus autos en el estacionamiento del recinto ferial que esperan por la prueba de smog. Inspectores pasan por los autos en el estacionamiento usando un iPad para obtener la información básica de los conductores: nombre, la marca y el modelo del auto, y número de placa. Los investigadores también preguntan de sus finanzas para poder averiguar si califican para incentivos que ayudan a las personas reemplazar sus autos con un vehículo limpio. Los investigadores hablan español y pueden conducir la encuesta en español o en inglés.

González dice que él ha fallado la prueba de smog dos veces. La primera vez porque no tenía una tapa de gasolina y la otra vez debido a la cinta de sincronización. Todas las variedades de vehículos y sus propietarios llenan las filas, incluyendo un Firebird de color mostaza y un Winnebago amarillento. La hija del Sr. González espera en otra fila con su furgoneta. La escena parece una fiesta — las personas tienen sus radios prendidos y sus puertas abiertas mientras esperan. Una pareja canta una canción de rock popular mientras recargan sus pies en el tablero.

Fernando Ruiz, está en su Toyota Camry del 1989 cuando contesta las preguntas de la encuesta. Si, el auto esta registrado, él dice. (Muchos no están porque solo se puede registrar un auto si pasa la prueba de smog.) En casa, Fernando tiene un Dodge Avenger del 2008. Él maneja más de 60 minutos al trabajo y gasta $60 por semana en la gasolina. Si, puede pagar $200 al mes y califica para un préstamo. Si, tiene un trabajo. Tiene cinco dependientes. Si, sus ingresos son menos del límite del programa. Conforme a sus respuestas, Fernando recibe una etiqueta anaranjada. Esto indica que él califica para reemplazar su auto según la encuesta. En cuanto termine la prueba de smog, si falla la prueba Valley CAN hablara con él sobre actualizar su auto.

El primer auto en conseguir una prueba de smog hoy día es un Dodge plateado cuyo propietario es Dwight Nelson. Falló la prueba anteriormente y recibió $500 para arreglarlo. Esta vez paso la prueba. Dwight es un veterano que prestó servicio militar en la Marina en 1978 y estuvo estacionado en Treasure Island. Él ha vivido en la costa desde Anchorage hasta San Diego, trabajando en la construcción. “Fue una aventura”, él dice. Ahora está jubilado. Tiene neuropatía en ambas piernas y ha tenido cirugía y frecuentemente visita el hospital de veteranos. Él apoya los vehículos limpios por la contaminación del aire y escucho del evento “Tune Up” en la radio (100.1—una estación de música antigua). Dice que disfrutó esperar en la fila y hablo con amigos durante el transcurso de la noche. Él dice, “conozco tanta gente en Stockton”.

Harley Medin, un hombre joven con tatuajes, mechones de vello facial, tapones grandes de cristal en las orejas y una cadena adjunta a la cartera de su bolsillo espera en la parte trasera de la fila. Esta parrado fuera de su auto, un Cutlass Supreme del 1986 y fumando un cigarrillo de marca Newport. El auto tiene asientos de terciopelo triturado de color vino. Es un auto “clásico”, dice Harley. Desafortunadamente, el auto fue incautado por no tener las etiquetas apropiadas. Él explica que iba en camino al taller para hacerse la prueba de smog cuando fue detenido. Ahora tiene que pagar una multa fuerte, pero si pasa la prueba de smog, le reducirán la multa.

Juan Sánchez maneja un Tercel del 1991. Su hijo que tiene alrededor de nueva años de edad, se inquieta cuando se acercan al lugar de la prueba de smog. Él tiene cuatro personas viviendo en su hogar y necesita etiquetas para el Tercel y debe pasar la prueba primero. Maneja 45 minutos ida y vuelta al trabajo y gasta aproximadamente $30-$40 por semana en la gasolina aparte de $1,000 al año para pagar reparaciones. Él le dice al investigador que puede pagar un pago de auto de $200 y él cree que puede calificar por un préstamo de $5,000. Tiene una licencia de conductor valida y recibe un cheque de pago regular por trabajar en un rancho. Todos estos detalles significan que él califica para el programa que jubila los autos, y él está muy interesado en conseguir un vehículo eléctrico para poder ahorrar gasolina.

Valley CAN programo un curso de prueba de conducción en el recinto ferial el sábado para que los participantes del evento pudiesen manejar un Chevy Volt, Chevy Spark y un Fiat eléctrico.

Valley CAN programo un curso de prueba de conducción en el recinto ferial el sábado para que los participantes del evento pudiesen manejar un Chevy Volt, Chevy Spark y un Fiat eléctrico.

La familia Mendoza de Stockton intercambio un vehículo de altas emisiones por un hibrido recargable por medio del programa está muy contenta que lo hicieron. José Mendoza viaja varias veces al mes a la Universidad de California de San Francisco por recibir tratamiento para hipertensión pulmonaria. Él y su esposa Lorena tiene seis hijas, todas son estudiantes destacadas, quienes viajan frecuentemente para jugar futbol por todas partes del estado. José las lleva a la escuela y a todos los paridos en su auto. Hasta el 27 de mayo, hacían sus viajes en un Ford Ranger del 1984 que había repetidamente fallado las pruebas de emisiones. Los Mendoza no podían pagar para arreglar la camioneta para que pudiera pasar la prueba de smog, y estaba contribuyendo a la grave contaminación de aire en Stockton.

Después de asistir a un evento de “Tune In Tune Up” en febrero, la familia Mendoza se deshizo de su camioneta vieja y ahora manejan un Prius hibrido recargable del 2013. La familia Mendoza ahora puede invertir los $125 que gastaban para las reparaciones en financiar el auto limpio y eficiente mientras los costos de gasolina bajan de $245 a $83 al mes.

“Esa camioneta del ’85 arroja la misma cantidad de contaminación que cinco de estos autos [híbridos y eléctricos]”, dice Mary Nichols, la Directora del ARB. “Estos autos ahora están al alcance de gente que realmente pueden beneficiarse de ellos”.